Si te gusta la psicología, seguramente has escuchado sobre Sigmund Freud, sobre Piaget, Bandura o Carl Jung; también muy probablemente en pláticas con amigos surge la famosísima teoría del condicionamiento clásico de Pávlov y sus perritos; esto te ha puesto a pensar en si los seres humanos somos fáciles de condicionar o peor aún ¿Qué comportamiento adoptamos de esta forma sin darnos cuenta?
¿Se quedó impregnado en nuestra educación hasta la fecha? ¿Qué tanto importa la psicología cuando es aplicada en la educación? La respuesta es mucha, desde la comprensión de sus fundamentos hasta la planeación de una clase y por supuesto el cuidado de aplicarla en un espacio.
Se pueden estudiar por separado pero la educación y la psicología pueden ir de la mano compartiendo herramientas entre sí.Un docente puede emplear dentro de su pedagogía herramientas que le ayuden a conocer mejor las particularidades de cada estudiante, a empatizar y abrir espacios de confianza,
Al tener conocimientos vagos en psicología se pueden detectar problemas en alumnos de bajo rendimiento, de aprendizaje, si le cuesta más que a otro captar temas en particular o todos los temas y así puedes diagnosticar trastornos como dislalia, dislexia, espectro autista, asperger, depresión, entre otros.
Esto ayudará como docente para saber qué le funciona a cada alumno, y practicar la inclusión en el tipo de actividades de acuerdo a los estilos de aprendizaje del individuo; y aunque no es tan sencillo como parece, ya que requiere de mucha (o una) maestría para llevarlo a cabo, sin duda es algo que vale la pena aprender y reaprender.